lunes, 29 de abril de 2013

Capítulo 30.


Niall me miró fijamente y cogió aire. Algo importante me tendría que decir porque estaba realmente nervioso. Su mirada estaba temblando y su respiración parecía haberse acelerado.

Valla, que curioso, a mí me pasaba exactamente igual cuando estaba con él.

-Ya estoy lista. – Dijo Anne bajando las escaleras.

Los dos la miramos. Niall en forma de alivio, yo en forma de odio.

¿Por qué tendría que aparecer ahora? Necesitaba que Niall me confesara eso que le acababa de preguntar.

Debía de ser algo importante.

¿Y si estaba enamorándose de mí?  ¿Y si era eso lo que me quería decir? Necesitaba saberlo.

-Vámonos. – Dijo Anne besando en los labios a Niall.

Éste me miró mientras la besaba. Yo bajé inmediatamente la mirada.

-Volveré a la hora de comer. – Anne me lanzó un beso y metió su mano en el bolsillo trasero del pantalón de Niall.

Me sentía incómoda. No podía estar cómoda en esa situación. Anne estaba besando los labios que hacía unos días había besado yo. Y ella jamás se podía imaginar eso. Me sentía realmente mal porque él y yo éramos cómplices de lo que había pasado. Me sentía muy culpable y aparentemente él también.

La pareja desapareció yendo dirección al aparcamiento que había detrás de mi casa.

~

Días después.

Quedaban tres días para irme a París. Sólo tres días.

Ya tenía todo perfectamente organizado y había mantenido alguna conversación con la chica con la que me iría a vivir esa semana.

Sólo sería una semana pero me vendría realmente bien.

Hacía unos días que no sabía nada de Marcos. A Niall le veía casi todos los días, desgraciadamente.

Pero, para esquivarle, prefería mantenerme en mi habitación cada vez que venía y desde que hablamos ese día en mi pasillo, no volví a tener ningún tipo de contacto con él.

Todo eso había sido un error. Un verdadero y completo error.

Sacudí mis manos y las limpié en mi camiseta que estaba completamente llena de pintura.

Terminado. Al fin había terminado ese dibujo que tanto me había costado pintar.

Lo único que me faltaba antes de llevarlo al concurso era firmarlo y lo acababa de hacer.

Suspiré. Era idéntico a él. Ese don que heredé de mi abuela aún no se había esfumado y después de tantos años sin pintar, no me había olvidado en ningún momento de hacerlo.

Y el motivo por el que volví a hacerlo fue él. Fue Niall.

Quité el cuadro del caballete y lo puse en una funda tan grande como la lamina.

Lo bajé hasta mi habitación donde lo dejé encima de la cama mientras me cambiaba de ropa.

La poca ropa que había en mi armario. Casi toda ya estaba lavándose para llevármela.

Me miré en el espejo. Sonreí vagamente y recordé a Niall de nuevo.

Tantos días sin verle y no había dejado de pensar en él ni un segundo. Simplemente, había aprendido a vivir con la idea de que jamás el rubito y yo seríamos algo más que cuñados. Ni si quiera amigos.

Tampoco se me había borrado de la cabeza el por qué se puso tan nervioso aquel día en mi pasillo, ni por qué me había besado, ni por qué le importaba tanto el que me fuese a París.

Pero, simplemente, preferí dejarlo estar y olvidar todo eso.

~

Caminaba bajo ese sol de media mañana de mediados de Julio.

Fui exactamente hasta la dirección donde habría que entregar el dibujo.

Era un edificio pequeño y blanco. Miré algo la fachada y después miré mi reloj. Llegaba justamente a la hora 
perfecta.

Entré en el edificio que era a lo que había ido hasta ahí.

Abrí la puerta y me impulsó una fuerte ola de aire frío. Sonreí. Me hacía falta enfriarme. Ahí afuera hacía muchísimo calor.

Busqué la recepción en el cartel de la entrada y leí que sólo tenía que seguir ese mismo pasillo recto. La primera puerta a la derecha. Y así lo hice.

Entré en el despacho.

-Buenos días. – Saludé.

Un hombre que estaba sentado en una silla de despacho la giró sobre sí misma.
Dibujo por: @MJGarciaMarin

-Buenos días. – Sonrió.
-Venía a entregar el cuadro para el concurso de dibujo.
-Claro. Aquí es. – Dijo sonriente el hombre.

Le entregué la lámina y él la sacó. Se puso las gafas y tras un rato examinando el dibujo, me miró. Se quitó sus gafas y las dejó caer por su pecho.

-Señorita, enhorabuena. Es uno de los mejores dibujos que he visto en todos estos años que llevo manejando este concurso.

El hombre se puso de pie y me ensanchó la mano a la cual yo apreté con mucho gusto.

-Gracias. – Dije ruborizada. – Pero es un retrato.
-¿Un retrato? ¿De quién?
-De alguien muy importante para mí. Demasiado.
-¿De él? – Me dijo el señor que hacía unos segundos me había felicitado. 

Me giré cuando escuché eso.

No me lo podía creer. Era él. Era Niall. ¿Cómo sabía que vendría a entregar el dibujo?

-Niall… - Dije incrédula.

Ese chico se lanzó hacia el dibujo que el hombre le cedió para que lo viese.

Yo ya debía de estar ruborizada de más.

Lo miró y sus ojos se abrieron como platos.

-¿Yo? – Exclamó con una sonrisa de no creerse lo que estaba viendo.
-Sí… - Dije débilmente. –Tú.
-Dios mío, es mi clon. – Dijo entusiasmado. -¿Por qué me dibujaste a mí? ¡Enserio, tienes verdadero talento!
-Gracias… - Dije ruborizada del todo.

Niall me entregó de nuevo el trabajo bajo la mirada y sonrisa del señor.

Me sonreía. Sus ojos parecían inundarse de la emoción.

-Nos vamos ya, señor. Un placer. – Dije.

Estrechamos la mano con él Niall y yo y desaparecimos de esa sala. Los dos andábamos a la misma altura pero ninguno dirigíamos palabra. No sabíamos qué decir y si lo que diríamos estaba bien dicho.

Niall seguía con un gesto de sorpresa. Seguro que jamás se imaginó que el dibujo que hice fuese él.

Nos miramos por fin. Los dos sonreímos y tímidamente apartamos la mirada los dos.

-Bueno… - Dije cuando nuestros caminos tenían que separarse otra vez.
-Pásalo bien en París. – Dijo mirándome fijamente a los ojos.
-Gracias, Niall.

Niall cogió mi cara y retiró mi pelo. Dejé la cara inmovilizada. No sabía con exactitud que querría hacer. Un beso en la mejilla. Un suave y delicado beso en la mejilla.

Fue a cámara lenta, o al menos eso me pareció a mí.

Sentí como mi piel se erizaba. ¿Lo escucharía? ¿Escucharía realmente Niall a mi corazón gritando a más no poder que le quería?

Sin soltarme la cara, me miró directamente a los ojos. Estaba temblando. Temblaba de verdad. ¿Me besaría otra vez? No. Dudaba que repitiese ese error dos veces.

-Te quiero, ¿vale?

Y me besó la frente.

Se dio media vuelta y comenzó a andar en dirección contraria de mi camino. Miró un par de veces a ambos de la carretera y mal cruzó corriendo. Ni si quiera me dejó contestarle.

-Vale... - Susurré.

Cerré los ojos lentamente y vi como una lágrima cayó por mi cara.

No podía ser posible. ¿Enserio era la última vez que le vería antes de irme a París? Y, ¿por qué? ¿Por qué ese te quiero? ¿Qué quería decir con él?

“Deja de pensar en el mundo y piensa en ti por una vez” Pensé. ¿Y si dejaba de pensar en mi hermana? ¿Y si corría detrás de él y le besaba? 

PD. ¿Podéis votar el argumento de la novela de Zayn? Estoy confusa y no sé cual de los dos argumentos hacer. Os dejo aquí el link y ahí os dejo los vídeos y sipnosis y os explico como podéis votar :) http://backforyouu1d.blogspot.com


3 comentarios:

  1. ME MATAAAAS CADA DIA UN POCITO MAAS :'} ES TAN PERFECTOOO<3

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  2. Que salga corriendo! Que salga corriendo!
    Va que así mola mucho.... Me encanto ^.^

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  3. Dios cada día que pasa pienso más en que necesito la película joderrre es todo tan... PERFECTO<3

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