Caminamos hasta la plaza donde estaba el concurso de pintura.
A medida de que nos íbamos acercando, había más gente.
Llegamos hasta nuestro destino. Miré el cartel de una esquina
para ver que era la plaza que ponía en el papel, aun que no cabía duda. Así
era.
Había bastante gente. Unas doscientas o trescientas personas.
-Esto va a ser más difícil de lo que pensaba… - Dije.
-¿Difícil para ti? – Me miró. - ¿Has visto como pintas? No
digas tonterías.
Le miré y sonreí. Desde luego, si alguna vez me faltaba
motivación, Niall estaría dispuesto a dármela.
Estaban preparando aún el escenario y no estaban diciendo
nada importante. Niall y yo caminábamos para buscarnos sitio entre la gente. Tras
hacernos hueco, llegamos a un sitio genial, donde se veía el escenario donde
dirían las reglas del concurso perfectamente.
Estábamos en silencio y así estuvimos un rato. Yo miraba para
todos los lados observando el paisaje. Y Niall… bueno, en realidad no sé muy
bien lo que hacía.
-Son las cinco y diez. – Dijo Niall. Giré mi cabeza y bajé
sus ojos hasta los suyos.
-Bien. Gracias. – Sonreí.
-Vete ya si quieres. Yo me encargo de todo.
De repente me dio un vuelvo al corazón. ¿Él se encargaba de
todo? Yo era la que quería concursar, yo era la que me iba a ganar los premios.
Él encima que se apuntaba conmigo, le decía que se encargase de todo.
Pensé y recapacité. Saqué mi móvil y busqué el número de
Marcos. Me alejé algo de la gente y me puse en un sitio donde no se escuchase
mucho las voces ni la música que acababan de poner.
Aclaré mi garganta mientras que daba la señal de la llamada.
-¿Sí? – Contestaron por fin.
-Hola Marcos. Soy _____.
-Ah, hola, _____.
-Verás. – Tosí. – Me
he puesto mala y creo que no podré ir a verte.
-¿Y eso? ¿Qué te pasa?
-Resfriado…
-¿En casi Julio?
¡Mierda! No pensé eso.
-Sí, bueno… Soy rara.
-Bueno, no pasa nada… cancelaré la reserva y podremos ir otro
día. Ahora lo importante es que te mejores.
-Sí, gracias Marcos.
Colgué y de nuevo me adentré en la multitud en busca de
Niall. Me sentía mal por haberle mentido a Marcos sobre mi salud, pero no podría hacer otra cosa, Niall merecía que estuviese ahí con él. Miraba para ambos lados, recto. Juraría que era ahí donde estaba el
rubito, pero no había ni rastro de él.
De nuevo comencé a andar para adelante. Dando codazos, sin
querer. Había muchísima gente. Sería difícil ganar.
Me estaba empezando a poner nerviosa. Un paso más y alguien
me cogió del brazo y tiró de mi hacia atrás.
Choqué contra un torso perfecto y
definido.
-¡Pensaba que ya te habías ido sin avisar!
Subí la mirada y di con los ojos azules preciosos de Niall.
Su frente estaba algo húmeda por el calor y sus labios excesivamente cerca de
los míos. Nos mirábamos sin hablar. Nos mirábamos deseándonos. Yo al menos.
Necesitaba besarle. Necesitaba contactar sus labios con los míos. Necesitaba
sentir lo que era besar a ese rubito que había hecho que sintiese algo extraño.
-¡Qué envidia me dan las parejas de tortolitos! – Un grupo de chicas de unos trece,
catorce comentaban sobre nuestro emotivo encuentro. Sus comentarios interrumpieron el momento.
Niall y yo continuábamos riendo y reímos a la vez. Las miré y
las sonreí con cara de “Ojalá fuese verdad…”
De nuevo me acordé que era el novio de mi hermana. Mi cara
entristeció. Pero, ¿Qué se traería Anne con Harry…?
-¿____? – Niall comenzaba a hablarme. La música empezó a
subirse, sería porque el concurso comenzaría.
-No te escucho bien. – Dije alzando bastante la voz.
Niall sacó su móvil y empezó a teclear.
-Lee. – Me gritó.
“Esas chicas te
envidiaban”
Le miré y no pude evitar que una sonrisa se me escapase. Iba
a contestarle cuando el hombre que sería el que llevaba el concurso, comenzó a
hablar. Bloqueé el móvil y se lo entregué.
-Bienvenidos al tercer año consecutivo que se realiza este
concurso de pinturas. Gracias a todos y a todas por asistir. Este año, las
reglas serán parecidas al del año pasado. Como sabréis los que habéis
concursado, son simples y sencillas. Difíciles de romper. Simplemente consisten
en: Ser una pareja y tener entre catorce y veinticinco años. Lo demás consiste
en pasarlo bien y disfrutar lo máximo posible de este genial concurso. Los
materiales etcétera, os tendréis que encargaros vosotros de ponerlos…
El hombre siguió con la charla unos cuantos minutos más.
Escuchaba a parches lo que quería decir. No podía evitar mirar de vez en cuando
a Niall que éste sí, parecía prestar atención a todo lo que el señor cincuentón
con bigote decía.
Mi mente se basaba en unos temas en concreto: Niall, Marcos y
Anne y Harry. Estaba empezando a sentir bastante por Niall. Cada contacto que
tenía con él me hacía crear algo. ¿Mariposas? Un
zoológico entero sentía por Niall Horan.
-Querida, frena. Recuerda lo de Liam. – La hadita imaginaria
se me apareció delante. ¿Cómo podría mandarla callar ahora delante de Niall y
de toda esa gente? – Olvídate de Niall, el que de verdad te pertenece es
Marcos.
-Oye. – Niall me habló, de nuevo alto, pero ahora sí que le
entendía. Hizo desaparecer a la hadita. ¡Menos mal! – Son las seis menos
cuarto. ¿No deberías haberte ido?
-Tranquilo, le dije que no podría ir.
La cara de Niall cambió. Una vaga sonrisa se asomó por su
boca. De nuevo se giró hacia el hombre y siguió escuchando su discurso de las
reglas del concurso. Ahora, se dedicaban a enseñar los cuadros ganadores de los
años anteriores. Eran realmente buenos. Pero, ¿cómo iba a concentrarme en esos
cuadros y en el discurso de aquel hombre? Tenía al lado, rozándome con su brazo
el mío. Nuestras pieles se estaban tocando.
Pero, no podía parar de sentirme culpable, por otro lado.
Estaba defraudando a Liam. Lo estaba haciendo. Él me dijo que me olvidase de
Niall y yo estaba alimentando más lo que sentía por ese chico.
Era la situación más extraña que jamás había vivido.
-Y señores y señoras, esto ha sido todo. Gracias por
todo. A continuación, os agradeceríamos
que hicieseis cola aquí a mi derecha para inscribiros en el concurso. ¡Suerte a
todos! Y hasta el día de los premios.
Un gran telón calló sobre el suelo. La gente se dirigía hacia
una mesa grande donde se encontraban diez personas con papel y boli delante de
ellos.
-¿Vamos a merendar? No tengo nada que hacer. – Dijo Niall. Le
miré. Pensé en Liam, en Anne y en todos.
-Lo siento Niall, estoy cansada.
¡¿Qué hice?! Rechacé una petición de ir a merendar con Niall,
pero era lo mejor. Iba a pasar demasiado tiempo ya con él, no quería pasarlo
más.
Dos parejas delante nuestra y ya podríamos apuntar nuestros
nombres en aquel folio. Yo, luchaba por
contener mis ganas de besarle. Él, ajeno a todo y cada uno de mis sentimientos.
AMOOOO TUS NOVELAAS
ResponderEliminarLei la de Harry y es la MEJOR QUE LEI EN MI VIDAAA.
Llore un monton con esa novela, segui escriviendo asi y vas a llegar lejos