lunes, 15 de abril de 2013

Capítulo 20.


Caminaba hacia la puerta donde se encontraba Marcos. Había venido a buscarme y había sido bastante puntual.

Yo, llevaba unos shorts vaqueros con una camiseta negra con la espalda abierta en forma de calavera. De zapatos llevaba unas converse blancas.

Estaba cayendo la noche.

Sinceramente, no tenía muchas ganas de irme a dar una vuelta con Marcos. A penas dormí y seguía con Niall en la cabeza. Además, había sido imposible quitármelo aun que fuese dos minutos, estuve toda la tarde haciendo el folleto de su dibujo. Quedaría realmente bonito.

Abrí la puerta con las llaves que regresé a mi bolso para que no volviesen a extraviarse.

-Hola. – Le sonreí.
-Hola. – Me dio dos besos en la mejilla.

Silencio.

La verdad, estaba realmente guapo. Llevaba unos jeans ajustados claritos con una camiseta de tirantes anchos negra y con unas Vans negras y blancas. De su cuello colgaba un collar que habría comprado en uno de los puestos del paseo marítimo.

-Mi hermano me ha dejado el coche, lo tengo aparcado detrás de tu casa.
-¿Conduces?
-No uso mucho el coche, pero sí, se conducir. – Sonrió.

Empezamos a andar hacia el vehículo. Parecía que siempre que me decían chicos que conducían, yo preguntaba lo mismo.

Sin embargo, no me hacía la misma ilusión montarme con Marcos que con Niall…

Llegamos al vehículo. Un seat de color rojo. Pulsó el mando de las llaves y tras un pitido y un constante parpadeo de las luces que indicaban que el coche se acababa de abrir, entramos en él. Yo en el asiendo de copiloto y él en el del piloto.

Nos abrochamos los dos cinturones y metió las llaves del coche en la ranura. El motor lo arrancó.

-¡Eh! ¡Marcos! ¡Espera! – Un chico con el flequillo adornando parte de su frente y con un Skate en la mano derecha, venía corriendo hacia nosotros.
-¿Quién es? – Exclamé yo.

Marcos abrió su puerta y salió del coche. Se acercó a ese chico y chocaron sus manos en forma de saludo. 

Yo observaba la escena desde el interior del coche.

Tras cinco minutos charlando, ambos se acercaron a la parte izquierda del coche. Marcos ocupó su sitio de 
antes y el otro chico ocupó la parte de detrás.

-Hola. – Me saludó mientras sonreía.

Le miraba por el retrovisor. Ese chico me resultaba familiar. Lo asocié con Niall, pero no le di mayor importancia. Últimamente todo lo asociaba a él. Era guapo, muy guapo. Tenía el pelo castaño y los ojos azules. Rasgos y cuerpo de modelo.

-Soy Louis. – Añadió a su saludo.

Mi cabeza se giró inmediato. ¿Louis? Ahora sí que lo asocié de veras con Niall. Y más cuando me percaté de que era uno de los chicos que estaban apoyados aquel día en el capó del coche. El día de la fiesta de la vecina de Amy.

Le sonreí sorprendida.

-Yo soy _____.

Sonrió.

Esa sonrisa hizo que mis pelos se erizasen. Dios mío. Jamás había visto una sonrisa tan bonita como la suya. Bueno, exceptuando la de Niall…

Niall… ya hacía mucho que no se pasaba por mi cabeza.

Agité la cabeza e intenté quitármelo de mi mente.

Marcos arrancó el coche y yo giré de nuevo la cabeza para mirar para adelante. Pero no, miraba por el retrovisor. Miraba su mirada. Él estaba peinándose mirándose en el mismo espejo que yo lo hacía. Su mirada, su gesto. Era precioso.

Ladeé la cabeza cuando vi que su mirada dio con la mía. Él sonrió, de nuevo. Esta vez mostrando sus dientes.

-Lo siento por entrometerme. – Comenzó a hablar.
-Nada. – Dijo Marcos. – Todo un placer, compañero de Skate.

¿Compañero de Skate? ¡Claro! Por eso traería el Skate en la mano.

-Hoy no puedo llegar tarde. Ya sabes, es una competición muy importante. –Insistió Louis.
-Ya lo sé. – Sonrió apenado Marcos.
-¿Y tú por qué no vas? – Preguntó su amigo.
-Iría, pero este año no tengo muchas ganas. Ya fui a la competición del otro día. Tampoco quiero meterle mucha presión a mi cuerpo.
-Entiendo.- Dijo Louis.

Una lucecita se encendió al lado del volante del coche. Indicaba que Marcos debería de rellenar el depósito de gasolina.

-Mierda. – Exclamó.
-Tranquilo, a dos minutos de aquí hay una gasolinera. – Tranquilizó Louis.

Ese chico parecía completamente diferente a aquella noche, al igual que Niall.

Miré hacia la carretera. A lo lejos ya se veía la gasolinera y Marcos giró el coche para meterse dentro de ella.

-Ahora vengo, voy a pagar dentro.
-Espera, Marcos. – Louis sacó de su cartera veinte euros. – Por favor.
-No. Ni lo sueñes. – Se negó.

Apagó el coche y dejó la música puesta. “Call Me Maybe” sonaba en la radio.

-Menudo es… - Dijo Louis sonriendo.
-Sí… - dije avergonzada.
-¿Sois novios? – Preguntó.
-Oh, no, no. Solo amigos. – Negaba mientras se lo decía con mi cabeza.
-Ten. Encárgatelo de dárselos. Pero ya mañana, que sino…

Louis me entregó el billete de veinte euros. Le eché un vistazo y me le guardé en el monedero.
Marcos llegó, echó gasolina y se montó en el coche. Ellos dos iban hablando y comentando competiciones de Skate que habían tenido. Yo permanecía callada pero sonriente. No podía dejar de pensar en el billete con su número.

Tras quince minutos, llegamos a una especia de descampado donde Marcos situó su coche.

-Muchísimas gracias, de verdad. A los dos. – Se agradeció Louis.

Abrió la puerta y salió al exterior del coche. Marcos le imitó. Yo le miré dubitativa y salí. No quería quedar como una sosa y una borde después de haberle dado buena impresión.

Ellos dos chocaron sus manos y se dieron un golpecito en la espalda. Después, Louis se dirigió a mí. Mi piel empezaba a erizarse. Me cogió de la cintura y sentía su respiración en mi cara. Sus labios tocaron mis dos mofletes que estaban ya ruborizados.

-Hasta luego.

Louis empezó a correr hacia atrás a espaldas, mirándonos a nosotros. Se despedía con la mano.

Nos metimos en el coche y yo seguía sonriente. 

Le miré y posó su mano sobre mi pierna al descubierto.

-Marcos, ¿qué haces? – Le frené.
-Solo estoy intentando tener algo de contacto contigo. – Dijo.
-Déjalo, Marcos.
-Está bien. Lo siento. No quería agobiarte.

Silencio.

-¿Quieres que vayamos a cenar? – Preguntó a los minutos.

No tenía ni pizca de ganas.

-¿O prefieres que nos quedemos viendo la actuación de Skate? – Me miró y sonrió.
-Sí, prefiero eso.

Marcos quitó la llave y apagó el motor. Salió del coche.

Comenzamos a andar. Los dos cerca pero a la vez lejos. Él parecía que quería tener más contacto, pero yo no quería. Al menos de momento. Empezamos a andar por el descampado. Era oscuro y tenía bastante basura en él. Hasta que lleguamos a una especie de auditorio con rampas y grafitis en las paredes. Dos focos de luz blanca enfocaban y había bastante gente. Empezaban a subir y bajar sus rampas. Miré sorprendida. 

Lo hacían realmente bien.

-El próximo en mostrarnos su exhibición será Louis Tomlinson. – Una voz salió de un megáfono que colgaba de las paredes de ese auditorio.

Bajamos a unos de los primeros asientos que avistó Marcos desde arriba. Louis posó su tabla en el suelo y comenzó a hacer saltos y más saltos con el Skate. Lo hacía realmente bien. Nos sentamos. Él a la derecha y yo a la izquierda.

Marcos rodeó mi cuello con su brazo. Esta vez no le rechacé y me dejé llevar. Sabía que no sentía nada porque estaba intentando forzar algo. Necesitaba no forzarlo, y sabía que ese chico me podía llegar a gustar de verdad.

Subí mi mirada y di con la suya. Permanecía apoyada en su brazo. Nos mirábamos con ganas. Ahora de verdad tenía ganas de besarle. Nuestros labios estaban a punto de juntarse.

Pero algo nos interrumpió: Mi móvil comenzó a vibrar. Me sobresalté y me aparté del brazo de Marcos. Lo saqué. Habían colgado ya. ¿Quién sería?

Miré a la pantalla. Niall. Niall. Era Niall.  


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