Antes de dormirme recibí un mensaje: Niall.
“¿Crees que voy bien así a una cena? Estoy confuso y eres a
la única chica que le puedo preguntar esto.”
Junto a ese mensaje de texto estaba
adjuntada una imagen. En ella salía él. Sonriente, con mirada cautivadora y
vestido elegantemente. Tenía una pose curiosa.
Me sorprendió tanto que me mandase el
mensaje.
No contesté. La conversación que acababa de
tener con Liam no compensaba mucho a que ahora
contestase de nuevo como si nada
hubiera pasado, aun que él no tuviese ninguna culpa.
Di la vuelta sobre mí miles de veces. No
podía dormir. Las cinco de la mañana y yo aún no había pegado ojo.
~
Ocho y media. Niall estaría a punto de
llegar y yo no habría dormido más de dos horas. Aún tenía muy reciente todo esto.
Estuve pensando mucho.
Podía hacer dos cosas: O fingir estar mala
y quedarme en la cama, y que él se fuese a su casa. O que yo tuviese el valor
de estar con él controlando mis sentimientos.
Pero las dos cosas eran de cobardes. Nadie
puede evitar sentir lo que siente. Nadie puede esquivar sus sentimientos. Eso
era de cobardes. Sentía algo por Liam y lo sentía de verdad.
-¡¿Aún estás así?! – Un rubito invadió mi habitación con una
sonrisa.
Al instante, retiré mis sábanas de encima y
me incorporé arreglándome el pelo con las manos.
-Bonito pijama. – Añadió con una sonrisa
mientras apoyaba su bandolera encima de la mesa y sacaba los materiales.
-¿Qué haces aquí ya? – Dije sorprendida y
cortante.
-¿Ya? ¿Te parece bonito? Las nueve menos
diez. Llego cinco minutos tarde.
Ahí yo hubiera reído gracias a su comentario, pero no. No lo hice. No me salía reír.
-Tienes mala cara. – Dijo mientras yo
continuaba pensativa.
-Gracias. – Dije mirando al suelo.
-¿Estás bien? – Niall dejó de sacar las
cosas de su bandolera y vino hacia mí arrastrando la silla de ruedas hasta mi
lado, como había hecho unos días. Cogió mis manos y me miró.
Yo seguía pensativa sentada en mi cama, con
las manos agarradas entre sí y con la cabeza agachada. Sin saber que
contestarle.
-Niall, vete. – Le dije.
-¿Por qué? – Dijo sorprendido.
-No necesito más ayuda. – Dije seca.
-¿Qué dices, ____? – Preguntó el extrañado.
-Vete.
-No te entiendo…
-No hace falta que me entiendas.
Él me miró con rencor.
-¿Ah, no? – Dijo mientras soltaba mis manos
de mala gana. – Pues bien. Ahora te buscas tú la manera de aprobar matemáticas.
Me largo de aquí.
Le
miré sin mediar palabra. Arrastró las ruedas de la silla hasta llegar al escritorio.
Comenzó a guardar sus cosas en la bandolera
de mala gana y abrió la puerta de mi habitación. Mis ojos estaban empezando a
inundarse pero yo intenté controlarme, al menos hasta que él saliese de ahí.
-Pensaba que tú y yo éramos amigos. – Dijo con
el pomo en la mano, a punto de girarlo
-Tú y yo nunca podemos ser amigos.
-Yo no invito a dormir a mi casa a
desconocidos.
-Adiós. – Le dije cortante.
Niall abrió la puerta desorientado y muy,
muy cabreado.
Cerró.
-Y gracias por haber sido tan jodidamente
increíble conmigo, rubito… - Susurré.
Aquí empezaba el segundo capítulo del
verano. El capítulo que más marcaría este verano y todos los siguientes. El
capítulo que sería importante para mi vida y para las de algunas personas más.
Este capítulo sería necesario.
-¿Qué ha pasado? – Entró Anne rápidamente a
mi cuarto. – Niall estaba muy cabreado. Le has dicho que se vaya. Ni si quiera ha querido hablar conmigo.
-Sí. – Confirmé
-¿Y por qué? ¿Qué te ha hecho? ____,
necesito tu ayuda.
-Lo siento, Anne. Prefiero estudiar sola.
Si mamá no le acepta, yo no puedo hacer nada. No me deberíais de haber metido
en ningún momento por medio.
Silencio. Ella se sentó en la misma silla
que hacía unos minutos ocupaba Niall. La arrastró hasta llegar a mí.
-Tienes razón… - Dijo.
-Claro que la llevo.
-Llevas unos días rara. – Anne me miraba a
los ojos preocupada.
-Imagínate que tienes una mejor amiga que
está feliz con su novio, ilusionada, enamorada. Ha cambiado incluso y está
mucho más amable. Pero imagínate que el chico que te gusta y del que tu también
estas enamorada, es ese chico, el que sale con tu mejor amiga. ¿Qué harías?
Improvisé sin querer. Anne estaba
completamente sorprendida. Jamás pensaba que le iba a soltar ese discurso. Ella
miró al suelo y movía sus ojos a ambos lados. Apoyaba sus codos en sus piernas.
La miraba ansiosa deseando que me dijese
algo. Que me dijese que haría ella en esa situación, que sin ella saberlo, era
de verdad mi situación.
-Simplemente me olvidaría de él. Se supone
que ahora él es feliz con mi amiga. Por mucho que le quiera, él está enamorado
de ella y yo… debería asumirlo.
-¿Y si resulta que él está enamorado de ti
también?
-Eso no lo podría saber. Si se supone que
está con mi amiga es porque él querrá a mi amiga, ¿no crees?
La miré. Tenía razón. Habían sido las
palabras más sinceras que había escuchado de Anne.
-¿Te gusta el novio de Amy? – Me preguntó
sorprendida.
-¡No!- Exclamé sobresaltada. –Amy no tiene
novio. Es una simple suposición.
Anne sonrió.
-Me voy a trabajar, llegaré tarde… - Dijo.
Me besó la frente, arrastró la silla hasta
su sitio y se fue.
Diez minutos después de que Anne se fuese de mi habitación, me lavé la cara y me hice una coleta alta. Cogí unos vaqueros y una camiseta con los tirantes anchos.
Caminaba por el pasillo. Tiré de la cuerda
que bajaban las escaleras de la boardilla. Subí.
Miraba a ambos lados y saqué una lámina en
blanco. La coloqué en el caballete y cogí mi paleta donde vertí todos mis
colores.
Ante la lámina pensé “¿Qué hago?”
No sabía que podía hacer.
Mi móvil vibró.
“Buenos días. No quiero despertarte pero quiero que me
disculpes por lo que pasó ayer. Sé que fui precipitado. Como perdón reservé
esta noche mesa en el restaurante que teníamos ayer. Espero que aceptes. No
pienso hacer nada raro. Un beso, ____”
-Marcos… - Susurré yo.
Él era la solución a todo esto. Un clavo
sacaba a otro clavo. La mejor solución sería olvidarme de Niall con otra
persona y esa persona era Marcos.
“Perfecto. Pásate a buscarme a las nueve. Un beso.”
Eché el mensaje contestado para atrás para
buscar música y concentrarme. Al quitar la pantalla de ese mensaje, apareció mi
inspiración: Estaba en la pantalla de mí móvil la imagen que ayer por la noche
me envió
Niall pidiéndome opinión.
“Y recordad: Originalidad. Originalidad que
sea cercana a la realidad. Contra más real, más increíble.”
Esas palabras las había dicho un día antes
el presentador del concurso de pintura.
¿Y si le dibujaba a Niall?
PD. ¡Hola lectores y lectoras! Quería deciros, aun que ya muchos lo sabéis, que me han quitado el otro Tuenti, por lo tanto he perdido a bastante gente... Me gustaría que si estáis leyendo esto y no os he podido encontrar, me mandaseis una petición de amistad o me dejaseis vuestro Tuenti en los comentarios para yo agregaros. Aquí os dejo el mío: Sttories Onne Directtion.
Un beso!
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