Abrí los ojos poco a poco. La cabeza me
dolía muchísimo y apenas podía ver. Estaba realmente mareada
La poca luz que entraba por las rejillas de
la persiana me hacía daño.
Me incorporé y decidí mirar por la ventana.
¿Qué hora sería? Marcos no estaba en la habitación y lo último que recordaba
era estar bebiendo como loca. Puf, en qué hora probaría una gota de alcohol…
Levanté despacio la persiana y corrí algo
la cortina. Allí estaban todos, en el jardín. ¿Ellos no tendrían resaca?
Fui al baño y me mojé algo la cara. Después
me vestí y peiné y me disponía a ir con ellos.
Bajaba las escaleras. Se escuchaban risas.
Alcancé mis gafas de sol que estaban encima
de la mesa del salón y me las coloqué en mis ojos.
Abrí la puerta que comunicaba el interior
de la casa con el exterior y me adentré en el jardín.
-Hola. – Reí tímidamente. No me gustaba ser
el centro de atención.
-¡Buenos días dormilona! – Gritó Amy.
Sonreí.
Ella y Ashley estaban en la piscina subidas
a unos sillones inflables. Sophie estaba en las escaleras refrescándose. Louis
y Harry sentados en unas hamacas. Marcos me sonreía tumbado en el césped.
Después,
se quedó mirando detrás de mí.
-¿Qué pasa? – Pregunté extrañada.
Alguien me tapó los ojos. Ese olor me
resultaba familiar.
-¿Quién soy? – Preguntó esa curiosa voz,
que eso aún más, me resultaba familiar.
Quité sus manos de mis ojos y me giré. ¡Era
Anne! ¿Qué hacía ella aquí?
-¡Anne! – Exclamé y la abracé. -¿Qué haces
aquí?
-Vinimos a pasar el día. Harry y Lou nos
dijeron que había comida de sobra para nosotros.
¿Vinimos? Esa frase no me quedó clara,
pero, ¿cómo iba a incluso sospechar?
-¡Hola! – Exclamó… Exclamó él.
No podía ser… Venía aquí para olvidarme de él. Venía aquí
para olvidarme completamente de Niall y ahora mismo estaba ahí.
Entró dispuesto y se colocó al borde de la
puerta. En frente de mí.
Le miré algo avergonzada y buscando
complicidad en su mirada. Pero no la encontré. Encontré ese sentimiento que
parecía haberse apagado un milímetro ese día, pero que con un segundo, volvió a
renacer.
Anne corrió a saludar a Harry y a Lou
quienes la amenazaban de tirarla al agua.
Niall y yo estábamos juntos, casi. Nos
mirábamos más aún. Él tenía una leve sonrisa dibujando su rostro y yo andaba
perdida. No lograba encajar la situación. Niall me perseguía. Parecía ser un
ángel que aparecía en los momentos justos para que no consiguiera quitármele de
la cabeza.
-¿Qué pasa? – Exclamó desde el borde Louis.
-¿No me vienes a saludar, Nialler?
-¡Que no me llames así! – Dijo él sonriendo
pero algo enfadado.
Fue en dirección a Louis mientras yo me
quedaba ausente, intentando encajar la situación. De nuevo entré en el interior
de la casa. Prefería asumirlo yo sola, dentro.
Me senté en el sillón. Subí mis gafas a mi
pelo y comencé a mirar la televisión.
¿Enserio podía ser esto cierto? Niall Horan
me perseguía. Él estaba siempre donde estaba yo. El destino siempre me lo traía
a mi lado. Y, ahora, era lo que menos necesitaba. Tenerle a mi lado.
Necesitaba olvidarme de ese chico como
fuese. Era el novio de mi hermana, no un amiguito con el cual encapricharme.
Las cosas que sentía por él empezaban a ser abismales y no era bueno que él
estuviese a mi
lado este fin de semana.
-¿Qué haces aquí? – Una voz masculina hizo
que despertase de mi pensamiento.
Levanté con dolor mi cuello y encontré su
mirada. Era Marcos. Inmediatamente me coloqué las gafas en los ojos de nuevo y
le miré.
-Hola, Marcos. – Dije medio ronca. –Viendo
la tele. La resaca de ayer…
-Ya, resaca. – Dijo irónicamente.
-¿Te pasa algo?
-Ayer… ayer decías cosas raras. Me
desencajaron completamente. Tenían que ver con Niall. – Marcos me dijo eso
después de sentarse en el sillón y permanecía masajeándose la sien. – No te
entendía pero llorabas desconsoladamente mientras decías eso.
Me quedé más perpleja de lo que ya estaba.
El alcohol me jugó otra mala pasada. Resaca y encima solté algo que tenía que
ver con Niall.
-¿Qué decía exactamente? – Le pregunté
curiosa.
-¿Sientes algo por ese chico? – Marcos
esquivó mi pregunta y fue al grano.
-¿Qué dices, Marcos? ¿Cómo voy a sentir
algo por el novio de mi hermana? ¿Estás loco?
-Le acabas de ver y te has quedado
embobada, siempre andabas con él, Louis te vio con él…
-Marcos, enserio… no digas tonterías.
-No digo tonterías. Es mi sensación. ¿Le
quieres?
-No.
-Tranquila, si le quieres dímelo, lo puedo
entender.
-Marcos, que no, enserio.
-Que no pasa nada, de verdad.
-¡Marcos qué no, joder! – Alcé la voz y me
puse de pie frente a él. – No siento nada por él, ¿vale?
Miré a la puerta del exterior donde se
encontraba Sophie mirando todo lo que acababa de pasar. La miré con cara
desencajada. Todo esto me superaba y más en mi situación.
Salí al exterior y resoplando me senté en
una de las sillas de la mesa.
-¡Huy señorita! Parece que ha discutido
usted con alguien… - Dijo Louis sentándose a mi lado.
-Estoy enfadada, Louis. – Dije retirándome
el pelo de la cara.
-Tranquila, no vengo a hacerte de rabiar
como ayer. – Dijo sonriente.
Levanté la mirada. Allí estaba Niall, sentado
en una toalla en el césped y sujetándose las rodillas mientras Anne debería
estar cambiándose. Me faltaba el oxígeno y por un momento, se me quitó todo el
completo mal estar de la resaca. Le observaba como reía mientras contemplaba
las luchas que estaban manteniendo Amy y Ashley.
-¿Discutiste con Marcos? – Insistió.
-Está empeñado en que me gusta Niall. Y no,
no es así…
-¿Enserio?
-Sí…
-Quizá fuese culpa mía por... ya sabes, lo que dije ayer. De broma, claro.
-Tranquilo...
Louis levantó la cabeza al ver aparecer a
Anne por la puerta.
-¿Alguien me puede decir dónde está el
baño, por favor? – Mi hermana estaba desorientada. Yo sonreí y la miré.
-¿Para qué quieres el baño? – Preguntó
Louis.
-Para cambiarme. – Dijo haciendo un gesto
de evidencia con el bikini.
-¡No te hará falta! – Harry apareció detrás
de ella y la cogió de la cintura.
Anne pataleaba y Louis se levantó de la
silla para ir en ayuda de Harry. Tenían intención de tirarla a la
piscina. Yo
reía. La situación tenía su gracia.
-¿Puedo? – Alguien me preguntó al instante
en que soltaron a Anne a la piscina.
Reía mientras giré la cabeza para comprobar
quien era el que me preguntaba eso.
Mi sonrisa desapareció.
-Puedes. – Di permiso.
-Hola… - Dijo el rubito. Era él, Niall.
-Hola. – Le dije.
-Siento… siento haber venido. Sé que no te
ha gustado verme… - Dijo.
-Tranquilo. – Dije cortante.
-Vale…
Silencio entre nosotros dos. Tensión.
Louis y Harry se acababan de tirar a la
piscina para ir a ahogar a Anne mientras Ashley y Amy abandonaban ésta.
Marcos y Sophie no se encontraban fuera, no
sabía donde estarían.
-¿Qué tal? – Me preguntó Niall.
-Bien.
-Me alegro.
-Gracias.
Sonrió vagamente.
Respiré. Estaba intentando contener las
lágrimas.
Todo esto era injusto. Estaba enamorada. Lo
acababa de descubrir. Un nudo en el estómago se había formado desde que Niall
entró en esa casa.
Le miré desorientado, tristón, cabizbajo. Y tenía la sensación de que era mi culpa, pero sin embargo, se la estaba hechando toda, completamente toda a él.
¿Y se lo merecía? En absoluto. Él se comportó realmente bien conmigo y lo que menos se merecía es que yo le tratase mal.
Si me tenía que alejar de él era mi responsabilidad. Debería de dejar de ser cobarde y enfrentarme a lo que sentía. Enfrentarme teniéndole a él delante.
-Lo siento, Niall. – Me disculpé antes de
que él se cansara de estar conmigo sin hablar y se fuse.
Sonrió y me dio un golpecito en la pierna.
-¿Qué sientes?
-No quise ser tan brusca ayer, ni hoy, ni
nunca…
-Lo fuiste. – Dijo aún sonriendo.
-Yo… solo quería hacerte entender que
necesito alejarme de ti, Niall…
-Yo solo quiero saber por qué.
-¿Confías en mí?
-Claro que lo hago.
-Pues, si en algún momento, más adelante,
puedo contártelo, lo haré. Te lo prometo.
-¿Tan importante es? – Dijo echándose a
reír.
-Bueno, podría decirse.
-Me asustas.
Reí.
-Espera. – Dije. – Voy a dentro a por unas
bebidas, ¿vale?
Me levanté de la silla. Ya respiraba algo
mejor y el dolor de cabeza había disminuido. Atravesé el jardín sonriente y
entré en el interior de la casa.
Me dirigí a la cocina donde abrí la nevera
y saqué un par de refrescos. La cerré y giré de nuevo la esquina que hacía el
salón con la cocina.
Algo me llamó la atención en un rincón del
salón.
-¿Marcos? – Exclamé yo. -¿Sophie?
Me imagino que se estarían besando...jajaja me da esa sensación:) fantástico maravilloso, perfecto!!! SIGUIENTE !!:D
ResponderEliminara mi tambien... jajaja
Eliminar