Estaba
nerviosa. Había repasado como tres veces mis labios de un pintalabios rosa.
Mis piernas
temblaban y estaba muy inquieta.
Ese chico
vendría a buscarme. No sabía la hora exacta pero sabía que vendría a por mí.
-¿Nerviosa? –
Preguntó Lorette entrando en el baño de la habitación.
-Demasiado.
Tiene tantas cosas que contarme, tantas cosas que explicarme…
-Seguro que
todo saldrá bien.
Sonreí. En
ese justo momento llamaron al timbre de la casa de Lorette. Mi respiración se
cortó. Abrí los ojos y apreté mis puños juntando mis labios para esparcirme
bien el pintalabios.
-Creo que es
él. – Informó Lorette. – Lo mejor será que bajemos.
Asentí con
la cabeza y tras terminar de cerrar el pintalabios, abandoné ese cuarto de baño
siguiendo a Lorette.
Atravesamos
ese pasillo hasta llegar a las escaleras. Cogí aire. Insistían con el timbre.
Los padres de Lorette no estarían.
Últimos dos
escalones y ya estaríamos abajo.
-Te dejo con
él. Si necesitas algo, estoy en la cocina.
Lorette me
besó la mejilla y me deseó suerte. Después desapareció.
Cogí aire y
me coloqué de nuevo el vestido. Bajé el pomo que abriría la puerta.
Ahí estaba
él.
Le miré con
los ojos esperanzados. Ese chico era precioso, perfecto. Sus ojos azules
destacaban en esa oscuridad y su perfecto tupé rubio le hacía tres o cuatro
centímetros más alto.
Me dieron
ganas de besarle, de abalanzarme sobre él y no soltarle jamás. Pero me contuve.
-Hola. –
Dije.
-Hola, ____.
Ambos nos
quedamos en silencio.
-¿Pasas o…?
-No. No.
Prefiero que vayamos a un sitio…
-Está bien.
Cogí mi
chaqueta que la tenía en el perchero de al lado de la puerta y miré a Lorette
que estaba escondida detrás de la puerta de la cocina. Le gesticulé para que
entendiese que me iba con él y que me llevaba el móvil. Después, abandoné la
casa.
Bajábamos las
escaleras principales de la casa. Él tenía las manos metidas en sus pantalones
sumamente ajustados. Yo las mantenía unidas adelante.
-¿Qué tal
por París? – Me decidí a decir.
Pero, ¡¿qué
tontería?! Mis nervios me delataban.
-Bien. Lo
había imaginado diferente.
-¿Sí?
-Demasiado
diferente. – Justificó.
-Bueno…
Niall se acercó
a un coche y yo le seguí extrañada.
-Lo he
alquilado. – Dijo el rubito al darse cuenta de que estaba algo confusa. Sonreí
comprendiendo.
Abrió el
coche y los dos montamos. Él en el asiento del piloto y yo en del copiloto.
Él metió las
llaves en la ranura y arrancó el coche. Lo sacó de ese aparcamiento y comenzó a
conducir.
Miraba por
la ventanilla. Esa situación era demasiado incómoda. Hacía mucho que no estaba
a solas con él, y jamás estuve en una situación así.
-Y tú, ¿qué
tal? – Preguntó definitivamente él.
-Bien,
supongo. Tu visita la verdad me ha descuadrado mucho.
-¿No te
alegras de verme? – Preguntó con una sonrisa pícara.
-¡No es eso!
– Exclamé. – Solo que… me surge curiosidad de por qué tu visita a París.
Él sonrió.
-Prefiero
confesarte eso cuando lleguemos a un sitio.
Niall condujo
hasta un rincón desconocido hasta el momento para mí. Unos veinte minutos
aproximadamente.
Paró el
coche y nos bajamos. Era un edificio en el que parecía estar una pensión para
que la gente pasase unos días por un precio asequible.
-¿Aquí es? –
Pregunté.
-Sí. Aquí
es.
Niall me
ensanchó la mano y no la guardó hasta que no encajé la mía con la suya. La
apretó fuerte cuando las entrelazamos.
Pasamos por
una puerta la cual estaba abierta y entramos en una especie de portal que
atravesamos rápidamente hasta subir por unas escaleras antiguas. Él no me
soltaba la mano y yo tampoco lo hacía.
Sentía una
inmensa felicidad por dentro. Imparable. Le tenía ahí, cogido de mi mano. Como
si fuésemos novios.
Tras subir
tres plantas, llegamos a una puerta. Niall soltó mi mano para sacar una llave e
insertarla en la puerta. Me dejó paso y entró detrás de mi cerrando la puerta.
¡Guau! La
puerta daba a un pequeño salón en el que había un gran ventanal, el que estaba
abierto y con unas vistas perfectas hacia la torre Eiffel. Al lado de ese
ventanal, una mesa para dos decorada con una vajilla bastante bonita y con un
candelabro en medio con dos velas apagadas. Niall se dirigió y sacó un mechero
con el que las encendió.
Yo
permanecía al lado del sillón, quieta, asombrada. Sin saber qué hacer.
-Toma
asiento, por favor. – Dijo Niall señalando a una de las dos sillas.
Le hice caso
y retiré mi chaqueta y mi bolso para dejarlos en el sillón y sentarme en esa
silla. Él se quitó su chaqueta a la vez y la dejó en el respaldo de la otra silla.
Me acomodé y
percibí el olor a vela recién encendida que desprendía.
-Tengo
muchas cosas que contarte, ____.
-Demasiadas.
-No sé cómo
empezar…
-Por el
principio, por ejemplo.
-Ya pero…
-¿Por qué estás
aquí? - Le interrumpí.
-Porque te
quiero, ____.
Un vuelco en
mi estómago.
-Te quiero y
te he querido desde el día que te vi abrirme la puerta de tu casa. Eres tan
diferente, tan especial, tan única…
Mi boca
permanecía abierta.
-Simplemente
te pedí que me confesaras lo que sentías por mí para darme cuenta de que tú y
yo podríamos llegar a algo. Sé que Anne es tu hermana y que la has hecho daño,
pero ayer hablé con Liam y me dijo que Anne se fue a vivir con Harry. A Grecia.
Los tíos de él tenían una casa con la que no sabían qué hacer y se fueron a
vivir juntos allí.
-Por eso me
dijiste que no lo estaba pasando tan mal…
-Creo que
una persona que te quiere tanto como me decía ella, no se va a vivir con otro
chico en dos días…
-Quizá lo
necesitaba.
-No la
culpo.
Le miré y
pestañeé.
-Estuve esperando a verte en la exposición. Te estuve buscando por todo
París estos últimos días.
-¿Enserio
estuviste en la exposición?
-¡Claro!
Hasta que cerraron.
-¡Yo te vi!
Pero la presión me venció y me desmayé.
-¿O sea que
fue verdad lo que alguien se desmayó?
-Sí. Caí en
rotundo.
-Entiendo.
Niall se
levantó un momento de la mesa y fue hacia un rincón. Trajo una cacerola con
algo de comida dentro. Olía delicioso. Nos sirvió. El olor de esa comida se
metió de lleno en mi nariz y me entró un gran apetito.
Los dos
comenzamos a comer tras él servirlo. Continuó su confesión.
-Quieras
creerme o no, he venido hasta aquí solo para decirte que te necesito, y que necesito
que seas algo más en mi vida. Quiero que estés en ella, quiero despertarme
todos los días a tu lado. Necesito hacerlo. Eres la mujer más increíble y
especial que he conocido. Todo este tiempo que he callado, simplemente ha sido
para no hacer daño a Anne y para no ponerte entre la espada y la pared a ti.
Cada vez que te veía, necesitaba besarte. Cualquier excusa era buena para
verte. Cuando te veía con Marcos miles y miles de espadas se apoderaban de mi
corazón. Que necesitarte era lo único que sabía hacer bien. Tu hermano me animó
a venir a por ti, y aquí estoy. Una noche de Julio confesándote mi amor incondicional
bajo la luna parisina. Te quiero, ____. Y no quiero que seas lo que has sido
hasta ahora en mi vida. Quiero que seas algo más.
Jope que preciosisimo!!! De donde sale tanta bellezaaaa!! Sabes que me encanta que mas decirte?!
ResponderEliminarASDFGHJKLÑ MUERO DE AAMOOR NEEREEE AAAAAAAAAAAAAIIII EREEES GENIAAAAAL SIGUE ASI GUAAPA
ResponderEliminarOooooooohhh más cuqui y no nace!!! Se me esta declarando, haber como reacciono, dios me encanto, sigue así, cuantos capítulos quedan más o menos?
ResponderEliminarBesos, estuvo genial <3
Gracias amorrr :)
EliminarY quedarán como tres o cuatro capítulos más :)
OMFG, QUÉ PERFECCIÓN JO, QUÉ PERFECCIÓN. EN SERIO, ¿CÓMO PUEDE SER ALGO TAN ADORABLE? QUE LA QUERÍA DESDE EL PRINCIPIO Y YO SIN ENTERARME. SRSLY. SIGUIENTE, POR FAVOR TE LO PIDO. DIME QUE SUBES ESTA NOCHE O ALGO POR FAVOR QUE NECESITO LEER YA EL SIGUIENTE. :3
ResponderEliminarUn besi. x
oins oins oins y oinss!! m viene el rubito m coge d la mano y m lleva a su casa y t digo q la cena se q eda ahii!! ajja impresionante tiiaa!! la declaracion d niall m ha dejado :O muy fuerte todooo1! esa chica se merece estar con niall por todo loq ha sufridoo1! increible guapi d verdad :))
ResponderEliminarSeñorita tu ves normal que llore?! Porque yo no lo veo normal... JAJAJAJJAJAJA
ResponderEliminarMe encanta espero que.nunca nunca nunca se acabe :))