sábado, 4 de mayo de 2013

Capítulo 34.


-Lorette, es enserio. Este cuadro lo hice yo. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
-Será uno parecido. Venga, vamos a seguir andando.
-Pero…  ¡está firmado por mí! Míralo.
-¡Vamos! – Interrumpió Lorette.

La francesa tiraba de mi brazo y yo no pude hacer mucha fuerza debido a mis altos tacones. Me dejé llevar y continuamos mirando toda la sala. Ella miraba todos los retratos, yo no quitaba ojo a ese cuadro.

No cabía duda que era el mío. ¡Incluso estaba firmado por mí!

De repente alguien pasó a mi lado. Una fragancia que me resultaba familiar. Un olor tan reconocible y varonil para mí.

Un chico rubio perfectamente trajeado y solo se dirigía a mi cuadro.

Él se giró a ver otro cuadro. Estaba de perfil. No cabía duda, era él. Era él. Era el rubito. 

Quería andar hacia él. Echar a correr tras él. Pero algo me lo impedía. Sentía como mis piernas flojeaban y mis manos comenzaban a dormirse. Empezaba a tiritar y todo mí alrededor se estaba nublando. Intenté juntar los ojos para ver con más claridad, pero no pude. Me desplomé sobre el suelo de ese recinto.

~

-¡Menos mal! – Exclamó Lorette mirándome muy de cerca
-Lorette, ¿dónde estamos?
-Te caíste en rotundo en medio de aquella sala. Te trajimos aquí con ayuda de un doctor.

Estaba sentada en una silla algo inclinada para abajo. Detrás de mí se encontraba un hombre bastante trajeado.

 -¿Quién es él? – Pregunté.
-Es un doctor que afortunadamente andaba cerca de nosotras. ¿Qué te ha podido pasar?
-Lorette, era él. No me cabe duda. Niall está ahí afuera. Por Dios, necesito buscarle.
-¿Cómo va a estar él aquí? Habrá sido una imaginación. Deberá de haberte bajado la tensión. No sé qué te ha podido pasar…
-¡Enserio, Lorette! Era él. Está ahí. Él ha debido de ser quien ha traído mi cuadro.

Después de exclamar esa frase, me levanté de la silla. Encajé mis pies de nuevo en los tacones y fui en busca de aquel rubito a la sala principal.

Lorette salió detrás de mí después de darle las gracias a aquel doctor y de comunicarle que ya se podía marchar.

-Mierda, ya están recogiendo.- Dije atravesando esa puerta.
-Es normal. Ya ha terminado la inauguración. Debemos irnos, ____.
-No, pero…
-¿Quieres que nos pasemos por el hospital?
-¡No! Lorette, necesito encontrarle. Necesito verle. Estaba ahí. Estoy cien por cien segura.

Estaba totalmente desorientada. Todo eso había sido tan confuso y tan rápido. Mi cuadro estaba ahí. Él estaba ahí. Él era quien lo había traído. ¿Por qué?

-____, mi padre nos está esperando fuera. Vamos.

Lorette tiró de mi brazo y haciendo fuerza, consiguió sacarme de ese lugar donde, estaba segurísima, había visto a Niall.

Las dos bajamos corriendo bajo la luna de aquella noche de verano. La calle estaba bastante sola. Nos subimos en el coche de Bernard.

Yo estaba atontada. Me había desmayado justo en el momento más inoportuno. Necesitaba saber si era él. 
Necesitaba saberlo. Sabía que estaba mal, pero en el caso de que hubiera viajado hasta ahí, ¿por qué lo hizo?

-____, ¿estás bien? – Preguntó Lorette al ver que yo estaba completamente ausente, confusa.
-Sí. Supongo. – Dije mirándola.

Después regresé mi mirada a la carretera hasta que llegamos a casa de Lorette.

Ambas subimos a la habitación sin intercambiar ninguna palabra.

¿Por qué me tuve que desmayar? ¿Por qué justo en ese momento? Era obvio que hacía bastante que arrastraba muchísima presión, y estaba claro que el encontrarme ahí al rubito había sido muchísima más presión que toda la anterior junta. Pero, aún así, ¿por qué?

Lorette estaba desmaquillándose en el baño y yo estaba sentada en mi cama.

Cogí mi teléfono y le mandé un mensaje a Liam.

“Hola, feo. ¿Qué tal todo? Esto es precioso. Tengo cosas que contarte. ¿Anne volvió a casa? Te quiero…”

-Creo que no deberíamos haber ido a esa exposición… - Dijo Lorette desde el baño.
-Fuimos. Y si lo hicimos es por algo.
-¿Crees en el destino? – Preguntó entrando de nuevo en la habitación y colgando su vestido en el armario.
-Claro que creo. Conmigo está siendo demasiado caprichoso.
-¿Sigues empeñada en que ese chico era Niall?
-Claro. Estoy segura.
-¿Eres así de cabezota con todo?
-Siempre he sido muy, muy cabezota.

Lorette ladeó su cabeza a los lados. Mi móvil vibró.

“Hola, enana. Anne volvió a casa, no hablé con ella de esto pero parece estar algo mejor. Está arrepentida de lo que pasó la anterior noche. Creo que tenéis una conversación pendiente cuando regreses de París. Pero tú ahora disfruta. Ya hablaremos cuando vuelvas. Te quiero.”

Sonreí. Al menos sabía que mi hermana estaba mejor y que al menos querría dirigirme la palabra.

-Oye. – Lorette se dirigía a mí. – Si estabas tan segura de que ese chico del que me hablaste esta tarde estaba en la exposición… ¿Por qué no le llamas y sales de dudas?

Miré a Lorette. Tenía razón. Esa idea era genial.

-Ten. Toma mi número que te costará menos llamar.

La francesa me ofreció su móvil. Busqué en el mío el número de Niall y lo tecleé en el móvil de Lorette.

La miré ansiosa, mordiéndome el labio.

-¡Vamos! – Me animó.

Cogí aire y pulsé el número.

Llamada en curso.



5 comentarios:

  1. Ge-Niall, me dejaste sin palabras solo puedo decir ljaokdshoncshuinfunsu
    Chauuu sube pronto!!

    ResponderEliminar
  2. tiiaa!! amo eso de "ahi estaba el rubito" m mueroo!! si es q nuestro rubitoo.. tia le va a llamar y .. OMG q esto es muy fuerte no puedes acabar la historia :S un besazo fuerte fuerte. Merci <3

    ResponderEliminar
  3. amo tu novela, enserio, una cosa, te equivocaste y pusiste dos capítulos 34, este sería el 35, bueno, siguiente, amo tu novela :)

    ResponderEliminar
  4. Vas a escribir ahora? :D ME ENCANTA TUS NOVELAS PERO LA DE HARRY TENIA MAS CAPITULOS D: PORFAAA HAZLA MAS LARGUITA, POR LO MENOS HASTA QUE ALCANCE LOS MISMOS CAPS QUE LA DE HARRY PORFAPLIZ, Y LA DE ZAYN CUANDO LA EMPIEZAS? GRACIAS POR TUS NOVELAS Y HACERNOS DISFRUTAR TANTO ='3

    ResponderEliminar