-Pues, haz este ejercicio tú sola. – Me obligó Niall.
Miraba el folio donde un poco más arriba se encontraba el
ejercicio que acababa de escribir Niall. La única manera de saber cómo hacerlo
y no perder la dignidad con él más de lo que ya lo había hecho, era usar el
sentido común: Debería de hacer los pasos que aparentemente parecía haber hecho
él. Miraba y pestañeaba sobre esa operación. Nada. No sacaba ningún sentido
común. ¿Qué me pasaba? A mí eso me sobraba.
Quizá fuese la mirada de Niall
posada en mi cara la que me estaba intimidando y no me dejaba
concentrarme.
Algo hizo que me sobresaltase. Mi móvil comenzó a sonar y
retumbó por toda la habitación siendo lo único que sonaba en ella. El gran
sonido me asustó y, como ya dije, acababa de perder otra pizquita de dignidad.
Miré a Niall intentando que el comprendiese que debía de
coger el teléfono, pero ni siquiera me dedicó una mirada, comenzó a pulsar el
botón de su bolígrafo y comprendí que a él le daría igual si aceptaba la
llamada.
-¿Sí?
-______. ¡Buenas noticias! Esta noche hay una fiesta en la
casa de mi vecina. ¿Vienes? – Era Amy. Su espíritu fiestero jamás moría. Es
más, este verano crecería más.
-No tengo muchas ganas de fiesta, la verdad… - Me quejé.
-Bueno, aviso que debes de venir. Dicen que será la mejor fiesta
de todo el verano. Además, irá Marcos, ¿te suena? Luego te llamo y me
confirmas. – Me dijo efusivamente Amy. –Adiós.
Marcos. Ese chico era el prototipo de chico perfecto: Alto,
moreno y con ojos verdes. Piel morenita y sus rasgos eran tan perfectos que
definían su cara como la perfección. Como ya dije, jamás me fijé en ningún
chico hasta el punto de llegar a enamorarme, ni siquiera en Marcos. Sophie y
Amy siempre decían que ese chico siempre me comía con la mirada cada vez que
pasaba por su lado, pero yo nunca me daba cuenta.
-¿Ya? – Intervino Niall.
-Eh… sí… lo siento… - Me excusé.
-Pues ya es hora de irme. – Su voz seca de nuevo se apoderó de la situación. –
Será mejor que te estudies eso y te dejes de tanta fiesta, sino estaremos
haciendo los dos el tonto.
-¿Cómo? – Intentaba asumir lo que me acababa de decir aquel
rubito con aires de superioridad.
-Adiós. – Colgó su bandolera en el hombro y comenzó a dar
pasos por toda la habitación intentando llegar a la puerta.
-¿Puedes repetir eso último que me has dicho? – Le pregunté
cuando estaba a punto de girar el pomo de la puerta. Él se giró y me miró
haciendo una mueca de extraño.
-¿Perdón? -Decidió
decir.
- Si fuese tú yo me andaría con más cuidado. – Me levanté de
la silla y me puse unos pasos más cerca de él. – A mí me influye nada y menos
que un rubito de metro setenta y muchos esté dándome clases de matemáticas por
algo que debe de ganarse él. Estoy segura de que a mí me vendría mejor otro
profesor que tuviese algo de idea de lo que hace y no fuese tan pasota como tú.
– A medida que iba soltándole aquel sermón su cara cambiaba. – Si te piensas
que me voy a callar a tus malos humores, mejor lárgate, pero no vuelvas. Estoy
segura de que mi madre estará encantada, al igual que yo.
Ese chico se quedó mirándome y pestañeó un par de veces. Yo
tomé aire y dejé descansar la voz.
-Si estoy aquí es por tu hermana, no porque tenga mayor
interés en que una cría como tú apruebe una puta asignatura. – Contestó.
-Ni yo tengo interés en que un creído como tú me de clases de matemáticas. - Dije.
Niall me miró y chistó. ‘Menuda niñata’ Susurró. Se giró y
comenzó a andar para abandonar la habitación, pero algo se interpuso en su
camino y chocaron: Anne.
-¡Hola chicos! – Dijo entusiasmada.
-Hola. – Dijo Niall aún descolocado.
Yo ni si quiera la miré, estaba demasiado cabreada. Ese chico
físicamente era de lo más precioso que había visto, pero era un imbécil. Sí, lo
era, pero su manera de ser tan pasota tenía algo que me llamaba la atención.
Algo que mientras que decía ‘mejor mañana no vengas’ me gritaba en mi cabeza
que de verdad no quería eso. Que de verdad quería que viniese y que me
explicase aun que fuese una suma de matemáticas.
Anne y Niall
abandonaron la escena y yo me quedé en mi habitación asimilando la situación.
A raíz de aquel momento, mi día pasó rápido. En cuanto me
quise dar cuenta, ya eran las nueve de la noche.
No me había quitado en todo el
día la discusión de Niall de la cabeza y pensé que salir a la fiesta de la
vecina de Amy, me iba a ayudar a distraerme.
Abrí el armario y escogí un vestido fino el calor me jugaría
una mala pasada sino. Bajé las escaleras y cogí mis llaves. Abrí la puerta de
casa justo cuando Liam y su novia, Marta, entraban a dentro.
-Buenas noches. – Les lancé una sonrisa. Ellos me la respondieron.
-¿Dónde vas? – Me preguntó Liam.
-Voy a casa de una amiga de Amy, a matar algo el rato. – Le contesté.
-Pásalo bien, enana. Luego hablamos.
Liam me guiñó un ojo mientras que Marta me sonrió. Se
metieron para dentro y yo continué mi camino. Eran las diez menos cuarto y aún
hacía mucho calor. Necesitaba un refresco. Me puse los auriculares y ellos
hicieron que el camino se me hiciese más corto. En él no dejé de pensar en
Niall ¿el por qué? Ni yo lo sé.
Llegué a casa de Amy y pulsé el botón de el timbre.
-¡Al fin llegas! Vamos a ser las últimas en llegar. – Exclamó
Amy al verme.
-Yo también me alegro de verte. – La dije irónicamente.
-Vamos, pasa. Tardamos menos entrando por la puerta trasera. –
Me dijo invitándome a entrar en su casa y salir al jardín el cual nos
conduciría a la casa de su amiga la cual desconocía su nombre.
-¿Y qué se supone que celebramos? –Dije mientras
atravesábamos aquel jardín donde en medio de él destacaba una piscina
iluminada. Era la piscina comunitaria a la cual íbamos todos los veranos Sophie
y yo. Amy siempre nos invitaba.
-Nada. Sus padres se fueron de fin de semana. – Contestó Amy.
-¿Y cómo se llama? ¿Y quién es? – Intervino Sophie.
-Tiffany.- Nos informó Amy. – Vamos, pasad.
Entramos por aquella puerta que estaba abierta. Eso
significaba que podría entrar quien quisiese. En esa casa había gente, mucha
gente. Algunos en los sofás que decoraban el jardín interior, otros en las
escaleras bailando a lo loco la música que se escuchaba desde kilómetros más
atrás. Parejas sentadas en los sofás.
Típicas escenas de fiestas. Y yo aún,
estaba muerta de sed. Después de andar cinco minutos contemplando aquella
situación, me decidí a acercarme a la barra para coger algún refresco. Avisé a
Amy y Sophie y comencé a andar hacia ahí.
El camarero hacía malabares con botellas de algún refresco que
desconocía. Quizá fuese alcohol. Miré a mi derecha y había un par de chicas riéndole
su show. Comprendí por qué hacía esa idiotez con las botellas.
-Una pepsi, por favor. – Le pedí a aquel chico. Él me hizo
caso omiso y continuó su numerito. -¡Oye! –Alcé la voz. -¿Me puedes poner una
pepsi? – El chico paró de hacer los malabares y se acercó a mí. Me miró con
cara de asco y vertió la pequeña botella de pepsi en mi vaso.
-Gracias. – Le agradecí.
-Hola. – Una voz masculina destacó en mi oído izquierdo.
Miré. Era Marcos.
-Hola Marcos. – Le sonreí.
-Pensaba que no vendrías. – Me dijo.
-¿Por qué no iba a venir? – Le pregunté extrañada.
-Me dijeron que no vendría. – Me confesó.
-Bueno pues... gracias.– Agradecí avergonzada.
-Vienes muy guapa.
-¡¿CÓMO?! – Alcé la voz para escuchar lo que me estaba
diciendo por culpa de la música. Le miré y él me indicó con su mano la idea de
salir al exterior yo asentí con la cabeza.
Cogí aquel vaso de tubo de la barra y me di la vuelta. Algo
me interrumpió mi camino y hizo que toda mi bebida se vertiese sobre un torso.
Al parecer, masculino.
Levanté la mirada entre una mezcla de sentimientos:
Avergonzada y rabiosa. Avergonzada porque acababa de manchar a alguien, y ese
alguien era un chico. Y rabiosa porque no hacía ni cinco segundos que había
pedido esa bebida.
-Oh, perdón, disculpa. – Me disculpaba sin ser capaz de
levantar la mirada hacia aquel chico. No quería ver que su mirada me
atravesase.
-¡Tú! – La voz de aquel chico me alertó. No se había quejado
de que le hubiera manchado, ni tampoco se quejaba de que me hubiera puesto en
su camino. Simplemente se limitó a exclamarme un simple: ¡TÚ!
vamos sigueeee!:) y la segunda de parte de la de apparead cuando la haras? que ganas!:)
ResponderEliminarDios muerooo x.x jajaaja es Naill!! Siguelaaaa ;)
ResponderEliminarAh!,!,!,!,! Estoy enganchada, ya te dije por Twitter y te digo por aquí, vhauuu
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